19 febrero 2008

Clausuras

La vida es perra. Las clausuras que hacemos son prueba de ello.

El día que murió mi abuela clausuré la habitación donde ella dormía. Casi no pude entrar más.
Hoy mi abuela hubiese cumplido 85 años.

Hoy, ese mismo hoy, me enteré que se me fue otra de las personas que quería en este mundo y una de esas personas con las que me podía identificar en muchos aspectos. Todavía no puedo entenderlo.

Signore, amigo, yo podía contar con los dedos de una mano y Ud. estaba ahí.

Le prometo, aunque nunca vaya a leer estas líneas, que hoy clausuro el café de la Madeleine, Santa Fe entre Callao y Rodriguez Peña. En honor a su memoria, nunca más pisaré ese lugar.

Aquella primera charla: un inintindibli -"il piyisi plin plin si pinchi li niriz". Sé que si pudiera leer esto, sonreiría.
Duele horrores cuando la gente que uno quiere se ha ido para siempre. Perra vida.

Un abrazo eterno R.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Maxi:
la vida no es perra , sino pobre Junior y Bati .
La vida es muy complicada , es rara y dificil y tan bien es linda , comica como cuando ves a los Simpons, y te dio la opurtunidad de tener un amigo como Richard, es una gran pena lo que paso y yo tampco lo entiendo aun.
Lo que si te quiero decir es que hay un Richard chiquito para conocer y una chica que es su mama que necesita de todos. Un beso Mama

Maximiliano dijo...

Si Mamá... el Bati y Junior no tienen la culpa de nada. También quiero llevarle el Mimo a Ricardito y decirle Señor Conejo, Señor Cocodrilo o Señor Castor...
Lo extraño mucho a Rick...