26 diciembre 2005

¿Quién nos quita la mirada, quién nos quita la sonrisa?

"Manuel Mandeb asegura en sus Memorias que cierta tarde creyo reconocer a lo lejos a la mujer que le correspondia, conforme a la leyenda. Inmediatamente se trabo en lucha con el destino y trato de alcanzar a la muchacha. Lo consiguio en la esquina de Artigas y Avellaneda. Luego de interceptarle el paso, procedio a explicarle la vieja creencia de los Hombres Sensibles, mientras se secaba el sudor y trataba de recobrar el aliento. Pero la mujer no conocia la leyenda, o tal vez la conocia y la acataba puntualmente: dio media vuelta y se fue por Artigas hacia el norte".
Algun viernes nocturno de junio de este año, una niña consiguió sacarme una sonrisa que llevaba escondida bajo su mirada. Hay conversaciones que a la sombra de los no-participantes carecen de significado. Pero cuando estas en el lugar, cobran importancia, llevan algo dentro. No se si la conversación, la casualidad o Mary mismo hicieron mi semana diferente.
Para que negarlo: hubo miercoles y viernes posteriores que espere encontrarmela en el tren de las 9.20. Nunca apareció. Pero esa casualidad hizo a mi vida, fue un guiño cómplice. Es una historia de te conozco y ¿por qué no? y como muchas merece ser contada.
Era viernes, pasadas las 8.45 de la noche, volviendo del training en el subte y de encontrarme con mi amiga Sabrina.. Muchos de ustedes saben que, a pesar de viajar como ganado, el transporte publico me apasiona. Es lugar de historias.. historias que nunca seran, que son, que tal vez puedan ser.
Como siempre que puedo, me encontraba apoyado en los costados de las puertas, lugar esencial para prepararse a correr esa carrera de ‘en sus marcas, listos, fuera’ para ganar la medalla de oro en los 100 metros con vallas y subidas para alcanzar el Lacroze-Lemos que sale en 7 segundos...
Como casi siempre, mi mirada se quedo por algunos segundos depositada en la mirada de una niña que compartia mi mismo vagon. Reconozcamoslo. Cuando uno no mira directo lo hace a través del reflejo, o acaso soy el unico? ;)… Hubo solo un glimp, no mas que eso. Lo deje atrás y comence la carrera para subirme al podio de los Juegos Olimpicos Ferroviarios. Al llegar a la meta, no habia medallas, ni flores, ni banderas preparadas para ser izadas: no había trenes disponibles, y un monton de gente estaba abarrotada tras los molinetes.
Una señora me comenta que alguien se arrojo a las vias del Urquiza en Arata: "Hace una hora que el servicio está suspendido" exclama refunfuñando. Inmerso en las primeras dudas, de averiguo y veo que hago, si espero o tomo otra decisión, aparece ella y le pregunta a la misma señora que había ocurrido.. Ya juntos (en esas asociaciones ílictas instantáneas en la lucha contra el mal, ‘el mal de los servicios privatizados’) preguntamos a los boleteros: "2 horas, 2 horas!" gritaba otra mujer un poco más ofuscada y visiblemente exagerada. En sintesis: No habia hora de reanudacion del servicio.
Hablando con la primera señora antes mencionada, sacamos cuenta que viviamos cerca y me ofreció ir en taxi (todos saben de mi odio por los celulares y los taxis, los primeros ya saben porqué, los segundos tal vez por la rima con mi nombre):.. "No tengo un mango", le dije bolsilleando mi peso y 5 centavos.. Por otra parte, Ella, luego confesa impaciente, llamaba a su casa.. yo, paciente, esperando (no se a que, o a quien, o quizás sí):
-"Yo me voy en el San Martin" (otra linea que te deja cerca pero se viaja pateticamente y es peligrosa), aseveró… - -"Te acompaño?", me salió del alma (como esperando ese instante)..
-"Hace como quieras", con una sonrisa desconcertada ella respondio.
Y entonces la señora, de viejos chamuyos ferroviarios, me miro y soltó: "Vayan juntos, al menos no viajan solos". ("Capa" diria mi hermana).
Yo tenia que bajarme a mitad de camino, apenas cruzando a provincia.. Ella debía seguir una media hora más hacia el noroeste.
-"Esperame que voy a que me devuelvan la plata del boleto", le suplique. Y se quedó esperando esos segundos para luego seguir camino….
"A las dos y media de la tarde, Jorge Allen baja del colectivo. Permanece un minuto en la esquina y luego se va por Lacarra hacia el sur. Unos segundos despues aparece la mujer que pudo salvarle la vida. Es hermosa y ha nacido para complacer a Allen y para ser complacida por el poeta. Ni ella ni el conocen esta circunstancia y no la conoceran nunca. La mujer sube al 182 y viaja hacia Haedo, donde le espera una existencia vulgar"
Bajando las escaleras mecanicas, escuchamos las ¿sirenas? de informes.. En un rapto demencial quisimos subir por escaleras que solo descendian.. sólo para escuchar de una poco melodiosa e infame (poco infame para mí) voz: "Informamos que el servicio esta demorado"… "Decime algo que no sepa" escurrí entre mis labios… "Mátense" exclamó ella, un poco nerviosa.
Finalmente bajamos y el policía del subte habló de un inexistente accidente que se repetía también en el San Martin. Ella le puso el grito en el cielo y no paró de preguntar. De todos modos, compramos la subtepass lo mas rápido posible, y corriendo, no vaya a ser que se cerraran las puertas.
Volvimos a la misma estacion, al mismo lugar del glimp anterior, que yo había sentido, y seguro ella no..
-"Justo hoy, que es viernes!, es el peor dia de mi vida" declaró chinchosa…
-"Habrás tenido dias peores, no es tan malo después de todo" alcance a decirle, antes de bajar en Dorrego, la siguiente estación.
Palabras mas, palabras menos, palabras van, palabras vienen.. Otra corrida, un slalom entre la gente, casi con tropiezos.. Un boleto que casi olvidamos sacar por los apuros, pero finalmente arribó (o mejor dicho alcanzamos) el tren que nos llevaría a casa..
En medio de la primera estacion, me mira y me dice -"Cómo te llamas?"..
Ahí yo largo una sonrisa y pienso "Aquellas veces cuando recién preguntas el nombre luego de tanto tiempo, suelen ser especiales" (aunque mi experiencia no me acredite!).. -"Maxi y vos?"
-"María", baja la mirada y la sube,
-"Y cuantos años tenes?"..
-"22, aunque la semana que viene cumplo los 23, ya estoy viejo.."
–"Noo, pareces mas chico", "y vos?" le pregunto.. –
-"Cuantos me das?"..
-"Mmm.. " (chamuyo bolichero? pense yó) y la observé durante dos eternos segundos.. Sonrisa bien bonita, ojos marrón oscuro bien profundos, pequitas alrededor de los pómulos y la nariz (como a mí me gusta)…-"No más de 19, 20.."
-(Y sonrió).. "Tengo 18, los cumplí hace poquito, el 14 de junio"..
Llamó a su casa, habló con su mamá y le dijo "Estoy con un chico en el tren". Me sustantivizó, a partir de ese momento era "el chico del tren". Despues conversamos sobre donde veníamos (acaso ya se sabía hacia donde íbamos). Yo apunté "vengo de un training, perdón.. entr.." "estudiás ingles? Yo estudio Traductorado Publico" (por enésima vez en la vida, el inglés me salvaba) interrumpió, contenta. Hablamos de los call center, trabajo acá, estudio allá.. que yo volvia a casa pero no tenia ganas de salir y que ella queria comprarle figuritas a sus hermanos.. Saenz Peña se acercaba pero preferi llegar hasta Santos Lugares, tierra de Ernesto Sábato...
Ya el reloj marcaba las 10.. tomé la tarjeta del subte, abri la mochila y con una Bic empece a escribir:
-"Escribime al menos para decirme que llegaste bien"..
-"Es que no tengo internet en mi casa",
-"Bueno, cuando entres algun dia"…
-"Dale, cuando pueda te agrego y yo te doy el mio", cortó un pedacito de tarjeta y me dicto su mail..
-"Un placer Mary, cuidate y nos vemos", beso en la mejilla,
-"Nos vemos", a lo lejos respondió..
No sé.. no hubo mails, no hubo contacto posterior, no hubo finalmente un "nos vimos". Pero, nunca se me había ocurrido darle mi mail a nadie en un tren.. Y, sobre todo, nunca intenté subir las escaleras mecanicas que descienden y a pesar de la dificultad, llegar al comienzo..
El destino te pone en una situación y ahí entra el libre albedrio para ver como actuás.. El destino te da las cartas, vos las jugás a piacere…
Tal vez sigamos teniendo existencias vulgares, quizás tengamos que correr desesperados hasta alguna esquina y no nos den pelota.. pero quién nos quita la mirada, quien nos quita la sonrisa?

1 comentario:

Gea dijo...

Ey...muy bueno.
Super interesante, me quedé con ganas de contar algunas de esas tantas historias, creo que son experiencias tan extrañas y lindas que mas vale dejarlas como lo que son: momentos vividos.
Brindo por eso.
Gracias!