28 marzo 2007

Repeticiones: 1x1=1, 2x1=2, 3x1=...

La vida esta marcada de repeticiones. Esto ocurre desde siempre. Cuando somos chiquitos, nos repiten una y otra vez palabras que esperan que balbuceemos; durante la adolescencia pastillas de miel, vamos al doctor y decimos "aaaaa" varias veces al abrir la garganta para que determinen si tenemos faringitis o laringitis; cuando somos más grandes y hacemos el gol de nuestras vidas, lo repetimos al menos en esos sueños que nunca se cumplirán.
Las personas suelen tener una reticencia a tal fenómeno. Lo encuentran resistente, combativo, o quizás un plomazo: Que tenemos que lavarnos los dientes tres veces al día, que tenemos que aprender a leer de corrido, que las letras cursivas nos tienen que salir prolijas una y otra vez, con punzón y papel picado, si bien años más tarde un profesor de algún seminario nos haga un comentario frente a toda una clase por la inteligibilidad y pequeñez de nuestra escritura a la hora de corregir un parcial: "por favor, hacela más grande". "A veces, ni yo mismo cuando escribo con rapidez, me la entiendo, Ud. pretende demasiado", subtitulo en mis adentros.
Hay otras repeticiones, sin embargo, que son poco favorables. "No repitas las malas palabras que dicen los mayores". Repetir un grado y tener que volverlo a cursar, es algo que supuestamente estaría mal.
Como Chabelo en México para los niños y Laura de América en el Perú para los Talkshows, Feliz Domingo, en Argentina, fue un precusor al castigar a aquél que repetía respuestas: "Decir sin repetir y sin soplar" era la más famosa de sus condiciones. Y luego de una interminable lista que se parecía a la evasión de la tabla de multiplicar, el participante caía en la trampa de la falta de memoria.
En algunas ciencias advenedizas, como el tutifrutti o piedra, papel y tijera, la repetición suele ser de utilidad, tal vez por comodidad, o quizás por falta de otros elementos.
En el tutifrutti la originalidad de la respuesta vale. Cuando hay que escribir un color, las niñas corren con una considerable ventaja por su cromatía multiplicada (cyan, magenta, fucsia, crema, ocre, son colores que uno nunca consideraría). La repetición, en esta actividad, es castigada con el descuento de 5 a 10 puntos. Los chicos llevamos las de perder. Yo siempre hago boga para que países o capitales sea una de las categorías en juego.
En piedra, papel o tijera, las variables permiten empates e incluso diversas tácticas. La repetición de alguno de los tres elementos puede ser útil aunque en ocasiones sea el comienzo de nuestra debacle. Para no ir más lejos, recordemos a Bart Simpson en una disputa frente a Lisa:
(En off la mente de Lisa) -"Pobre Bart, es taaan predecible, siempre elije piedra",
(En off la mente de Bart) -"La buena piedra, nadie le gana".
Todos sabemos como termina la historia.
Entre otras ciencias advenedizas, buenos métodos para la elección de jugadores, tenemos al sandía, sandía y melón, melón, del cual ya hemos hecho mención y el tradicional pan y queso, en el cual el calzado de los competidores y el tamaño del pie es un dato clave que nadie debería pasar por alto. A veces pienso que pasaría si agregásemos jamón, tomate y mayonesa al tradicional pan y queso (sería el sandwich preferido de mi mamá), y si mayonesa debería contarse como un ingrediente separado o dentro del pan. En este momento no se de cuentas. Los estadistas ya estarán haciendo sus cálculos y porcentajes. En fin, ninguna de estas avtividades nos lleva a la repetición, entonces continuemos.
Otras de las repeticiones a las cuales debemos sobrevivir, además de las canciones que las FMs nos pasan hasta el hartazgo, son los trabalenguas. Hay en todos los idiomas y su sentido es aprenderlos y repetirlos, sin tener la más mínima idea de lo que terminan significando. Mi regalo del día de hoy es compartir algunos con ustedes. Decir sin repetir y sin soplar:
*Tres tristes tigres tragaban trigo en un trigal.
*Pablito clavó un clavito. ¿Qué clavito clavó Pablito?
*María Chuzena techaba su choza y un techador que por allí pasaba le dijo: María Chuzena tu techas tu choza o techas la ajena? No techo mi choza ni techo la ajena. Yo techo la choza de Maria Chuzena.
*I wish to wish the wish you wish to wish, but if you wish the wish the witch wishes, I won't wish the wish you wish to wish.
*Peter Piper picked a peck of pickled peppers. A peck of pickled peppers Peter Piper picked. If Peter Piper picked a peck of pickled peppers, Where's the peck of pickled peppers Peter Piper picked?
*Un chasseur sachant chasser sait chasser sans son chien de chasse.
*Si six cent scies scient six cent saucisses,six cent six scies scieront six cent six saucissons.

Si de trabalenguas se trata hay una memorable línea de Friends, donde Chandler y Mónica deben ocultar su relación y terminan jugando con ello frente a los demás, excepto por Ross que no tenía conocimiento:
Phoebe: They thought they could mess with us! They're trying to mess with us? They don't know that we know they know we know! And Joey, you can't say anything!
Joey: I couldn't if I wanted too.

Es que uno con las repeticiones se termina perdiendo. Si bien considero su valía no estoy muy a favor de las mismas. Pueden terminar en la monotonía. After all cada momento de la vida termina siendo diferente. Incluso aunque nuestro desea fuera su perpetuidad, hay varios actores en juego. Pero principalmente hay tres que considero importantes: el yo, el vos y la circunstancia. Y el vos y la circunstancia no están bajo nuestro control, con lo cual una repetición (como bien vimos con el ejemplo del piedra, papel y tijera) en una actividad donde hay más factores en juego debería ser pensada antes de ejecutarse. Hablare de mi loca teoría en otro post.

Por lo pronto y antes de terminar, les aconsejo que repitan aquello que sea necesario, o saludable. Que si bien las personas suelen terminar aprendiendo en una tercera vez (porque la segunda demuestra la terquedad o cabezadurismo), lo hacen. Y si de última quieren hacer algo otra vez, sea con gusto, con delicia e intenten darle así la vuelta a las repeticiones que conlleva la rutina. Así, por lo tanto, la única que terminaremos odiando será la vez que digamos: "Para que comí fideos con pesto, que feo se siente, estoy repitiendo la comida".

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